Aritxe y yo

Aritxe y yo

jueves, 29 de abril de 2010

domingo, 25 de abril de 2010

La otra cara del cannabis



Victorina es pura energía. Esta mujer de 59 años, cuerpo menudo y pelo grisáceo a lo 'garçon', habla y habla, y sus palabras parecen bailar al compás de sus manos, que no para de agitar en toda la conversación para envolver con más fuerza aún su discurso. Nadie diría que hace sólo seis meses apenas podía moverse, ni levantarse del sofá, ni apoyar sus huesos sobre el colchón de la cama, ni siquiera dormir. «Estaba totalmente anquilosada. Era un dolor aquí, y por las cervicales, y en el bíceps braquial», intenta describir esta eibarresa con muecas de malestar. El secreto de cómo ha conseguido aliviar los síntomas de la fibromialgia que le diagnosticaron hace cinco años lo lleva «siempre» en el bolso. Es un aceite artesanal, que se aplica todas las noches con un masaje por sus músculos hipersensibles. «Yo no tenía ni idea de todo esto, pero a mí me funciona, y si funciona pues lo cuento», se despacha sin tapujos. 'Esto' es marihuana y Victorina es una de los 120 socios del club Greenfarm, que aglutina a consumidores lúdicos y terapéuticos de cannabis, la droga ilegal más consumida en todo el mundo (146 millones de personas, el 3,7% de la población total, según un informe de 2004 de la ONU). En Gipuzkoa existen al menos cinco asociaciones como la de Eibar, con un millar de socios que se autoabastecen de esta sustancia, en un circuito cerrado al público, fuera del mercado negro. Plantan sus propios cultivos en terrenos que arriendan y luego distribuyen la 'maría' entre sus asociados, todos mayores de edad, sin ningún fin comercial. Los gastos de la compra de semillas, el abono, el transporte y los equipos de cultivo también se comparten.

Estos grupos han conseguido colarse por las rendijas de la ley y hacerse un hueco desde el que ahora pelean para lograr una mayor seguridad jurídica. El vacío en el que se mueven les ha llevado varias veces hasta los tribunales que, en sentencias recientes, han absuelto a los acusados o directamente han sobreseído la causa entendiendo que su actividad no era constitutiva de ningún delito. Ese respaldo, sin embargo, no ha sido avalado por un cambio normativo y el miedo a que sean intervenidas sus plantaciones siempre está presente. Esta misma semana la Ertzaintza se ha incautado de un total de 267 plantas de marihuana en un caserío de Getaria. Su propietario, socio del club Ganjazz de Donostia, fue arrestado por la Policía autónoma y posteriormente puesto en libertad con cargos a la espera de pasar frente a la autoridad judicial. «Vivimos en permanente contradicción. Los jueces nos dicen que lo que hacemos no es delito, pero luego nos detienen, nos quitan las plantas y nos hacen pasar otra vez por el mismo tribunal», se queja Iker Val, presidente del club Ganjazz.

Frente al debate social sobre la legalización del cannabis, reabierto esta semana por el Ararteko y que seguro dará que hablar este año de referendum decisivo para autorizar esta droga en California, ellos prefieren seguir su camino discreto, entre bambalinas, para lograr un consenso y regular lo que 'de facto' ya existe en locales como el de Donostia y Eibar.
Pero si la marihuana no es legal, ¿cómo es posible que estos clubes funcionen? «Con el cannabis se da una situación muy peculiar», dice Xabier Arana, licenciado en Derecho y miembro del Instituto Vasco de Criminología. Aunque la sustancia está incluida dentro de las listas de estupefacientes de los convenios internacionales, su consumo privado y la tenencia de las plantas siempre y cuando no se destinen al tráfico de drogas no están penalizados en España. Sin embargo, en la misma legislación coexisten diversas normas que sí sancionan administrativamente a los consumidores, con multas que pueden oscilar entre los 300 y los 6.000 euros, si se consideran infracciones graves contra la seguridad ciudadana (el consumo en lugares públicos o la tenencia de grandes cantidades, por ejemplo).

«No somos enfermos»

En medio de esa maraña legal y aprovechando que el autocultivo está permitido, empezaron a organizarse los clubes de consumidores de cannabis, primero como alternativa a las políticas prohibicionistas y ahora también como plataformas reivindicativas a favor de un discurso «normalizado» sobre esta droga que ellos mismos subrayan no es inocua. El de Donostia nació en 2001, tras la disolución del club Kalamudia que englobaba el movimiento cannábico de todo Euskadi. Ganjazz Art Club cuenta hoy con cerca de 200 socios, encabezados por Iker Val. Un fuerte olor a marihuana envuelve al visitante en la sede del club en el centro de la capital guipuzcoana. Se trata de un local luminoso, con un salón amplio y varios despachos en los que Iker y otros representantes de Ganjazz atienden llamadas y cumplen con el trabajo administrativo de su actividad. Si no fuera porque en las paredes cuelgan pósters con fotos de plantaciones y al final del pasillo hay una habitación donde se cultivan varias plantas de marihuana, las instalaciones podrían pasar por las de cualquier oficina.

«Las condiciones para ser socio es ser mayor de 21 años, estar habituado al consumo de cannabis, estar en plenas facultades psíquicas y realizar un taller de formación donde enseñamos cómo funciona la asociación. No admitimos a todo el mundo, sólo a quienes vienen con el aval de algún asociado y a aquellos usuarios con fines terapéuticos», cuenta Iker, que no tiene reparos en admitir que consume cannabis, en dos vaporizaciones al día. «¿Por qué consumo? Para tener una percepción de la realidad más amplia y reducir el estrés que me produce el día a día. No somos enfermos, ni drogodependientes, ni nos pasamos todo el día fumando porros. Esa es una imagen muy distorsionada de nosotros que ha ido calando. Hay muchas realidades dentro del consumo», acredita.

La realidad de Victorina, a quien habíamos dejado al principio del reportaje compartiendo su secreto, le llevó a tocar a la puerta del local de Greenfarm en Eibar a finales del año pasado. Del peregrinaje de médicos durante años hasta que le diagnosticaron fibromialgia pasó a recorrer decenas de consultas, sesiones de rehabilitación, clases de yoga, de reiki, de gimnasia en el agua, «de todo». En una de esas tantas actividades que ha probado para no dejarse vencer por la enfermedad, una compañera le habló del cannabis. «¡En buena hora me lo dijo! -exclama-. Cuando tienes tantos dolores te aferras a un clavo ardiendo y no dudé en venir a preguntar».
En el club enseguida le aconsejaron el aceite de romero con cogollos de marihuana, un ungüento que elaboran con la colaboración de profesionales sanitarios, apostilla Jon, uno de los responsables, a quien acompaña su padre, defensor del consumo responsable y controlado de cannabis. «No tratamos de convencer a nadie de que el uso del cannabis vaya a reducir los efectos negativos de su enfermedad -aclara Jon-, sino que tratamos de acercar el cannabis a aquellas personas que ya han descubierto por ellas mismas que el uso de este producto les resulta beneficioso y que desean que el producto que consumen sea de autocultivo y controlado», sin tener que recurrir al camello, al trapicheo. La asociación sólo admite ya a usuarios terapéuticos, porque no dan abasto. En apenas cuatro meses han llegado a los 120 socios y no pueden asegurar el abastecimiento para más personas.
Naiara y su novio, Jonathan, también dan la cara para contar su experiencia. Ella tiene 22 años y desde que tiene memoria le acompañan unos dolores de estómago «terribles», que le hacían vomitar cada mañana, nada más bajar del coche o en mitad del trabajo. «'Son nervios', me decía el médico. Pero yo sabía que no era eso. Me mandaron a psicólogos e incluso me hicieron pruebas por si sufría anorexia. Al final, después de muchas consultas, me diagnosticaron síndrome de color irritable», cuenta la joven, vecina de Ermua. La medicación, sin embargo, no le alivió los dolores y fue su novio quien le dijo que probara con la marihuana. «Me fumo un porro al día, antes de desayunar, cuando me levanto con esos espasmos en el estómago y me alivia», reconoce. Fue su médico quien le habló de la existencia de Pannagh, un club de consumidores en Bilbao, cuando Naiara le confesó que estaba utilizando cannabis y que le iba bien. «A mí lo que no me gusta es tener que recurrir a alguien de la calle. ¿Y si no tiene ese día? ¿Qué hago yo? ¿Seguir con mis dolores?».

La posibilidad de autorizar el uso terapéutico del cannabis en Euskadi no parece ya una idea tan descalabrada. La consejera de Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, adelantó en su primera intervención parlamentaria que una de las líneas de trabajo de su departamento iba a ser el estudio del uso compasivo de la marihuana para determinados enfermos. Celina Pereda, directora de Drogodependencias, confirma que ya se ha formado ese grupo de trabajo con profesionales. «Estamos estudiando las nuevas pautas de tratamiento, entre ellos está el uso terapéutico del cannabis, pero también el uso compasivo de la heroína para drogodependientes de larga duración», explica Pereda.

Xabier Arana, del Instituto Vasco de Criminología, cree que «no hay que mezclar debates» y que, por lo tanto, se puede avanzar en la línea terapéutica sin tener que lidiar con polémicas sobre la legalización del cannabis. «Se ha demostrado que tiene utilidades terapéuticas. Lo que hay que hacer es, como con cualquier otra sustancia, ver en los ensayos clínicos para qué es adecuado y para qué no, pero que no condicione la legalidad su uso terapéutico».

El mensaje de prevención

Arana, que aboga por una política de drogas alternativa, está detrás de muchos de los estudios sobre drogas que se han elaborado en el País Vasco. Con mucha prudencia, sí defiende dar un paso más y que «se exploren algunas posibilidades» para regular los clubes de consumidores al amparo de las pautas establecidas en las últimas sentencias en Gipuzkoa, como la que absolvió al propio Iker Val, de Ganjazz, que fue detenido en 2007 en el marco de una operación antidroga. «Es una sentencia clara, en la que se deja constancia de que la asociación está registrada, tiene unos fines concretos, que no hacen apología del consumo, son mayores de edad... Hasta la fecha no ha habido una sanción penal contra una asociación de consumidores, pero nadie dice que no pueda haberla en un futuro, porque depende de la interpretación del tribunal», asegura.

Arana no pasa por alto el trabajo de prevención que tiene que seguir haciéndose, sobre todo en los adolescentes que son los principales consumidores de cannabis. «Hay que dar mucha más importancia a la prevención, a la reducción de riesgos y daños, lejos de promover la inocuidad y la promoción de este tipo de sustancias». Y desde esa base empezar a articular «un nuevo lenguaje consensuado que ayude a modificar la percepción social del cannabis y de las personas que la consumen, sin estigmatizarlas, reconociendo sus derechos y sus responsabilidades».

La otra cara del cannabis. diariovasco.com

domingo, 18 de abril de 2010

Ver para creer............ Conspira y suspira

Zeitgeist -Official Release in Spanish (subtítulos en español)

http://video.google.es/videoplay?docid=8883910961351786332#

viernes, 9 de abril de 2010

El Cosmonauta............

Fijo que va a ver muchos...... por la Parade.

miércoles, 7 de abril de 2010

Vincent de Beauvais





Tractatus Consolatorius

martes, 6 de abril de 2010

Ser o no ser.......................

Estados inusuales de conciencia

Septiembre 7, 2009 at 7:25 pm (conciencia, drogas, espiritualidad, fenomenologia, fitoterapia, medicina, meditación, psicofarmacos, psiquiatría, sueños) (, , , )

La percepción de lo divino ocurre no a través del trabajo de facultades
sensoriales especiales y distintas a las normales, sino a través de la sobreimpresión a las sensaciones que todos tenemos, de un sentimiento numinoso y místico.

William James

El estado de conciencia habitual es el estado de conciencia que entendemos como vigil y que se objetiva con el trazado beta del electroencefalograma, un estado atento y habitual en todos los que no estamos en un estado inusual de conciencia.

La tautología de esta definición tiene que ver con la dificultad a la hora de definir qué es un estado de conciencia alterado y la razón de esta dificultad procede de la idea de que la mayor parte de los estados inusuales de conciencia (en adelante ENOC) proceden del campo de la pisocopatología.

Es evidente que determinadas modificaciones de la conciencia son muy sutiles pero no por eso menos conocidas, basta que reparemos en cómo conducimos o andamos, mientras lo hacemos podemos estar pensando en otra cosa, lo que viene a decir que entre la conciencia vigil y atenta y la conducta automatizada hay una discontinuidad que indica que la conciencia debe tener múltiples registros de actividad.

No cabe ninguna duda de que la conciencia humana es algo muy lábil y vulnerable: todos tenemos la experiencia de dormirnos y de soñar, algo que sucede a diario de forma fisiológica y que supone el estado de ENOC más conocido -por vulgar- lo que no implica que conozcamos a fondo el por qué y para qué soñamos y la función que el sueño representa en nuestro psiquismo.

Pero probablemente -después del sueño- los estados de conciencia más conocidos son los secundarios al ataque epiléptico, el trance espontáneo o bien inducido por la intoxicación de algun psiquedélico o alucinógeno.

Hay que contar también el arte o al menos determinados estilos artisticos como el surrealismo con fenómenos inusuales de conciencia: expresión de realidades que van más allá de la palabra y la Cosa en sí y que utilizan la imagen como letra del incosnciente.


Hoy contamos con una dificultad añadida: la mayor parte de los estados alterados de conciencia se consideran patológicos y han pasado a formar parte del estudio de disciplinas médicas como la neurología o la psiquiatría.

Asi, el coma, el estupor, la obnubilación, el delirium (confusion mental), la anestesia, la intoxicación aguda, las crisis emocionales tipo tempestad de movimientos o congelación emocional, los estados de agitación secundarios o no a la ingestión de drogas, la distorsión perceptiva, los estados heautoscópicos, las alucinaciones, las experiencias cercanas a la muerte e incluso ciertos estados de trance han pasado a formar parte de las crisis explicables en entornos médicos que usualmente reciben diagnósticos psiquiátricos y que estigmatizan más que ayudan a responder a la pregunta:

¿Son todos estos ENOC patológicos?

Al menos hay una patata bien caliente para las neurociencias, el más importante y conocido de los cuales es el fenómeno del éxtasis. La comunidad cientifica está bastante dividida entre aquellos que piensan que todos los fenómenos inusuales de conciencia son patológicos y aquellos que plantean que el fenómeno del éxtasis es algo bien distinto a la psicosis.

Los que asi piensan se apoyan en los siguientes argumentos:

  • Las personas que presentan fenómenos místicos o extáticos carecen del rencor y de la hostilidad que parece presidir la emergencia de los fenomenos paranoides de tipo psicótico.
  • Los contenidos extáticos o místicos contienen experiencias de conocimiento mientras que las experiencias psicóticas rara vez presentan contenidos elevados alimentándose basicamente de conceptos extravagantes o estereotipados.
  • La lucidez, la comprensión y el júbilo con los que se manifiestan los estados de éxtasis contrastan con los sentimientos de horror y de embotamiento que se dan en las psicosis.
  • La experiencia fundamental en el éxtasis es la felicidad mientras que en la experiencia psicótica es de perplejidad y de autoreferencia.
  • Las alucinaciones -de existir- son predominantemente visuales en la experiencia de éxtasis o visionarias y acústicas en la esquizofrenia.

Hasta la década de los sesenta la psiquiatria no comenzó a interesarse por los ENOC en sus dos vertientes:

  1. ¿Podian darse ENOC espontáneos que terminaran por constituir una psicosis? ¿Son las psicosis ENOC fracasados?
  2. ¿Es posible utilizar los ENOC como tratamiento de las enfermedades mentales?

1.- Para algunos autores como Stanislaw Grof la psicosis es una experiencia inusual de conciencia que él vincula con una experiencia espiritual y la compara con las experiencias chamánicas, una especie de conexión con el incosciente colectivo jungiano que las más de las veces termina con accidentes, una superinflación del Yo. El inicio y la posterior evolución hacia la cronicidad de la psicosis seria pues un fracaso en esta emergencia espiritual que no pudo ser integrada en la totalidad de la personalidad, algo asi como perderse en esa selva que Jung compara con el inconsciente colectivo.

Para entender este planteamiento habría que conocer un poco mejor el modelo de mente en que esta pensando Grof y tendriamos que profundizar un poco más en su teorización. En esta pagina web hay una buena explicación sobre los modelos de Lilly, el modelo sufí, el modelo del propio Grof y el modelo de Timothy Leary sobre la mente. Recomiendo al lector su lectura aunque le emplazo para seguir en este blog donde abordaré en otro post más especificamente el tema de los ENOC y la esquizofrenia.

Lo importante es conocer que el concepto de inconsciente que manejan los psicólogos transpersonales no es el propiamente freudiano sino un inconsciente que tiene al menos estos tres niveles:

  1. Un nivel personal o histórico, el inconsciente freudiano propiamente dicho. Ahi habitan fundamentalmente tres arquetipos universales, el Animus, el Anima y la Sombra.
  2. Un nivel prepersonal y precognitivo al que no podemos tener acceso a través de la palabra, en él se encuentran fundamentalmente el trauma del nacimiento y los traumas de la vida intrauterina de los que hablé en el post pasado.
  3. Un nivel arquetípico. En realidad el inconsciente se funde con la corporalidad pero es alli precisamente donde toma contacto con la corporalidad del mundo. En el inconsciente profundo se funden varios niveles de “memoria”, la personal, la cultural y la de la naturaleza. El inconsciente colectivo jungiano representa este primer estrato, la naturaleza en estado salvaje.

La llegada de las teorizaciones que proceden de la teoria del caos a la psiquiatría y la psicología, las experiencias en la selva amazónica de algunos terapeutas y los viajes psiquedélicos emprendidos por algunos de ellos han terminado por alumbrar un nuevo paradigma científico que podriamos rotular como “Psicologia del caos” siendo en nuestro pais Manuel Almendro uno de sus más entusiastas defensores.

En síntesis la idea seria la siguiente: la crisis es el momento de mayor inestabilidad y es por tanto el estado en que los cambios pueden ser dirigidos hacia objetivos prácticos y adaptados mientras que la cronicidad es un estado demasiado alejado del equilibrio y que puede ser imposible de remover. Almendro habla de “crisis emergente” aunque el concepto es el mismo que proclama Grof con su “crisis espiritual”. Dicho en términos médicos la idea seria aprovechar los primeros episodios psicóticos para intervenir psicoterapeuticamente a fin de impedir la cronificación de la enfermedad. Los terapeutas que trabajan en esta modalidad que se conoce con el nombre de psicologia transpersonal piensan que el momento de las bifurcaciones (de las crisis) es el momento crítico en la evolución de una enfermedad mental y es ahi precisamente donde hay que intervenir, no tanto para suprimir los sintomas sino para desplegarlos e insertarlos de nuevo en la personalidad sin que esta se fragmente debido a una experiencia demoledora. Considera la crisis como un aliada de la terapia y no como un cluster de síntomas a extinguir, su concepción de la enfermedad puede entenderse mejor si se lee este post que escribí recientemente sobre enfermedades agudas y enfermedades crónicas.

En cuanto a la segunda pregunta respecto a si los ENOC podrian ser de interés para el tratamiento de los desórdenes mentales hay una amplia experiencia histórica sobre el asunto, al menos desde la década de los sesenta.

2.-Probablemente el primer ENOC utilizado en medicina fue el estado de trance inducido a través de la hipnosis. Bernheim, Liébault, Charcot o Breuer eran magníficos hipnoterapeutas y el mismo Freud comenzó su actividad terapéutica induciendo trances hipnóticos con el fin de acceder al inconsciente de sus pacientes donde supuso acertadamente que anidaban sus conflictos reales y ocultos. Charcot fue el primero en demostrar quea través de la hipnosis no sólo se podian curar síntomas sino tambien inducirlos ex novo. Como es sabido Freud abandonó la hipnosis y la sustituyó por la más productiva asociación libre de ideas que según él permitia tambien explorar los complejos reprimidos y hacerlo además en estado de vigilia.

Ladislaw Von Meduna fue un psiquiatra húngaro que es conocido entre los psiquiatras porque se planteó una pregunta que procedia de una amplia experiencia observacional: los enfermos epilépticos rara vez desarrollaban una esquizofrenia. Von Meduna se planteó que si la epilepsia era una especie de antídoto para la esquizofrenia deberia ser a causa de un beneficio secundario de la convulsión critica por lo que razonó que el inducir convulsiones en un enfermo esquizofrénico podria mejorarle. Asi investigó una serie de sustancias químicas para inducir convulsiones, es por esta razón que Von Meduna es considerado el precursor de los choques electricos (TEC) que terminaron desplazando a los choques por cardiazol de Von Meduna y a la malarioterapia de Von Jauregg.

Pero Von Meduna es menos conocido por otras actividades relacionadas con la investigación de sustancias quimicas inductoras de fenómenos no ordinarios de conciencia, me refiero a la combinacion de CO2 y O2, una mezcla de gases con indicaciones anestésicas que Von Meduna utilizaba para el tratamiento de las disfemias (tartamudez) y para inducir ENOC. Poco a poco esta técnica de Von Meduna fue cayendo en el olvido porque era dificil de graduar en su aplicación y porque podia inducir estados de pánico.

Wilhelm Reich, uno de los discipulos díscolos de Freud tambien aplicaba tecnicas de modificación de conciencia a través de la respiración – de la hiperventilación- a fin de remover lo que el consideraba la causa de todos los males mentales: la coraza muscular. Posteriormente esta técnica ha sido retomada por Stanislaw Grof y que ahora se conoce con el nombre de respiración holotrópica.

Con todo el principal inductor de estados no ordinarios de conciencia fue una sustancia quimica descubierta por Albert Hoffman mientras trabajaba para los laboratorios Sandoz de Suiza investigando las propiedades de los derivados del cornezuelo de centeno una sustancia que al principio de su comercialización era legal y que reclutó a multiples investigadores entusiastas en su uso, el propio Stanislaw Grof fue uno de sus apologistas e incluso escribió un libro sobre su larga experiencia titulado “Psicoterapia con LSD”.

La experiencia psiquiátrica con LSD que se empleó tanto en la equizofrenia como en el TOC y en desórdenes de personalidad quedó inclonclusa al haberse ilegalizado siendo condenada desde entonces al mercado ilegal desde donde ha sido imposble de rescatar para la investigación reglada. La consecuencia de esta prohibición ha sido el desplazamiento de lo psiquédelico al movimiento enteogénico donde ha sido definitivamente olvidado por la psiquiatría.

Pero no sólo la LSD se ha utilizado para inducir ENOC sino un sin fin de sustancias que tienen como base la dimetilamina (ayahuasca), psilobicina (presente en algunos hongos), el propio cannabis, quizá el alucinógeno más utilizado en nuestro entorno y otras sustancias que tienen en común el ser farmacológicamente anestésicos como la ketamina, el propofol (hoy muy conocido por haber sido la causa de la muerte de Michael Jackson) y hasta el oxido nitroso tambien conocido como gas hilarante que aun se emplea en odontologia infantil, asi como otros productos vegetales exóticos y con peligrosas toxicidades.

Sin embargo y a pesar del culto que muchos sostienen sobre la inducción de estados alterados a través de drogas hay que señalar que el ENOC es un estado al que puede llegarse de forma espontánea o a través de ciertas prácticas de las que quiero nombrar a la meditación por considerarla la práctica mas segura y con un creciente número de seguidores en occidente. Desde la conocida y familiar oración hasta la vibración inducida de Manuel Almendros hay un sin fin de técnicas que tienen como objetivo la inducción de estos estados.

La idea de que los ENOC pueden ser útiles para el tratamiento de enfermedades o de malestares mentales se justifica en el hecho de que la mayor parte de los contenidos incosncientes son inaccesibles desde la logica, la conciencia habitual y la palabra. Poco a poco las terapias corporales han ido ganando terreno a la logoterapia psicoanalítica que como es lógico tiene sus indicaciones pero tambien sus límites.

A través de la palabra no podemos llegar a determinados repliegues de la memoria traumática, sin experiencia corporal es imposible modificar un sistema blindado en una estabilidad inestable.

La consecuencia para el tratamiento es esta:

Es necesario analizar, el animus (en las mujeres), el anima (en los hombres) y la Sombra (en ambos) y desactivar la atracción que realizan sobre los contenidos pulsionales hacia una dualidad oscilante o enantiodromia.

Este primer paso es elemental para seguir progresando en una terapia de máximos, aunque mucha gente puede beneficiarse sólo de esta primera etapa, desactivar los celos infantiles, las competenecias redundantes, las privaciones y el rencor, la falsa mascara que se construyó para sobrevivir en ambientes determinados puede por si sola desactivar múltiples sufrimientos. Pero buena parte del camino debe realizarse de manera no verbal a través de la vivenciación y reactivación de traumas intrauterinos por ejemplo.

Las terapias corporales son asi las terapias del futuro en tanto pueden ser aplicadas a nuchas personas sin necesidad de contar con su narrativa o su vocación para chismorrear acerca de su infancia.

Terapia en este sentido ampliado es lo mismo que espiritualidad: una reconexión con lo sagrado.