Doctor en Ingeniería Eléctrica y Ciencias Informáticas por el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), es autor de libros como «El espejismo nuclear» y está considerado el principal ideólogo de la lucha contra la energía nuclear en el Estado español. Actualmente, es miembro del Consejo Asesor de la Generalitat de Catalunya. A su juicio, la situación en Japón está descontrolada.
Joseba VIVANCO | GASTEIZ
Cuando tuvo las primeras noticias de serios problemas en las centrales nucleares japonesas, ¿pensó antes en un nuevo Chernobil o en la repercusión que este hecho iba a tener en la política nuclear internacional?
A decir verdad, no me imaginaba que la situación pudiera llegar a este nivel de gravedad y por eso lo más inmediato fue pensar que podía tener repercusiones en el renacimiento nuclear del que tanto se habla. Pensaba en unas repercusiones más de tipo económico, pero la situación ha superado todo lo imaginable y en estos momentos yo pienso que están absolutamente desbordados y descontrolados. La situación es patética.
Parece muy preocupado...
Sí, sí, yo creo que va a haber unas fugas radiactivas importantes, no sé si del nivel de Chernobil, no sé si se calificará de nivel 7 o de 6, pero por ahí estará. El problema es que no es un sólo reactor, sino que tienen problemas en más reactores, con problemas dispares y con un país, encima, que ahora mismo no tiene los recursos que necesita para atender esta urgencia. Veo la situación muy crítica.
El hecho de que haya sucedido en Japón, paradigma de la apuesta nuclear, ¿tiene también su carga simbólica?
Evidentemente, Japón es una zona muy conflictiva, porque es tremendamente sísmica, tanto que si hay un lugar en el mundo donde no habría que construir centrales, sería Japón. Incluso la propia isla es el resultado de ese choque de placas tectónicas. Pero los japoneses, sabiéndolo, han construido unas centrales y bastante resistentes, por cierto...
Sí, porque un argumento en defensa de las plantas afectadas es que aguantaron bien el potente terremoto...
Es cierto, las construyeron todo lo bien que se puede construir una central nuclear en un sitio donde prevés un terremoto de magnitud casi 9. Por tanto, no podemos achacarlo a un defecto de construcción, sino quizá de previsión, por el tsunami posterior. Pero lo relevante es que lo que no estaba previsto es el tipo de accidente que ha tenido, y eso sí tiene influencia a nivel mundial.
¿A qué falta de previsión se refiere?
Pues a la pérdida de fluido eléctrico de toda la central. Un blackout, en la jerga nuclear, donde ha perdido todo el fluido propio, pero es que, además, no le han arrancado los reactores de emergencia y, además, las líneas eléctricas de otras centrales se las ha llevado el maremoto. Por tanto, ha quedado aislada y se ha iniciado toda una secuencia de acontecimientos inevitables, porque al no poder refrigerar el núcleo, han intentando todo, como inyectarle agua marina -lo que inutiliza ya de por vida estas centrales- y han tenido que ventear a la atmósfera la radiactividad generada. De momento, han estallado los exteriores, pero también hay que decir claramente que no es cierto que estos edificios tengan un edificio de contención como los más modernos, un muro de un metro de hormigón alrededor como aquí lo tienen Ascó o Vandellós, porque son de una generación anterior, del tiempo de Garoña. Y tampoco tienen un espacio donde evacuar toda la radiactividad que puede producirse y por eso la sacan al exterior; las piscinas con los desechos irradiados han quedado al aire libre; han perdido refrigeración... Es que es un cúmulo de circunstancias muy difíciles de superar.
Esa concatenación de fallos en el suministro eléctrico, ¿revela que estamos ante una tecnología imposible de garantizar su seguridad?
El problema es que estamos ante una tecnología muy sofisticada y todo aquello que es muy sofisticado, también es a la vez muy frágil. Quieren que todo funcione muy bien, pero cualquier problema desencadena una secuencia de acontecimientos de una gravedad extrema. Desde el punto de vista de la teoría de la probabilidad, esos acontecimientos se van multiplicando y como son probabilidades pequeñitas, pues se ven como casi imposibles; pero cuando los acontecimientos son consecuencia el uno del otro, no hay que multiplicarlos sino sumarlos. Y, al final, aquello que sobre el papel es un imposible, acaba siendo pues muy posible... y ha ocurrido.
Lo sucedido en Fukushima ha servido para hacer un paralelismo con Garoña, tanto en defensa de la planta burgalesa y en contra de ella. ¿Es válido?
Le diré que si Garoña pierde el fluido eléctrico del País Vasco, empieza exactamente la misma secuencia que en Fukushima. No necesita haber un terremoto y menos un maremoto, pero puede perder el fluido por otras circunstancias. Y eso sin contar con que los planes de evacuación de Japón no tienen nada que ver. Allí han evacuado 20 kilómetros a la redonda, ¿están preparados aquí para hacer algo similar? Aquí están mirando a ver si los altavoces de alerta en los pueblos funcionan, pero a partir de eso habrá que saber a dónde llevar a toda esa gente...
Es cierto que la UE ha mostrado su preocupación por un hipotético corte del suministro eléctrico en el continente, lo que pondría en serio riesgo todo el plantel de centrales nucleares...
Lo que llaman ellos el stress test. Oiga, si una central pierde todo su fluido eléctrico, ¿es segura? Vamos a suponer que lo pierde todo y tiene que autoabastecerse, ¿están preparadas? La respuesta es que no. Por eso tienen generadores de diésel auxiliares, pero ¿y si no funcionan?, o ¿cuánto duran? Pues algo habrá que hacer, pero ese hacer supone, evidentemente, más costes y entonces entramos en la discusión de si la energía nuclear es tan barata como dicen, si los riesgos son asumibles o no... Otro debate, económico, pero que hay que hacerlo. Porque lo que no puede ser es que esto que ha ocurrido en Japón pueda volver a ocurrir y eso significa un coste, un coste que va en contra de las nucleares...
Ocurrió tras el accidente en Harrisburg, sucedió tras el de Chernobil, y todo apunta a que ocurrirá después de éste. Nuevo golpe a la apuesta de la nuclear como alternativa energética....
La industria nuclear es muy cíclica y cada vez que pasa un accidente de este tipo se pasa veinticinco años lamiéndose las heridas. Después, cuando hay una generación que ya no ha vivido esta ansiedad, pues vuelven a salir diciendo que somos muy seguros, que llevamos un montón de años sin ningún accidente y, de nuevo, patapán, otro accidente. Pues a volver empezar. Pero yo le auguró un futuro francamente difícil, porque se va a volver a poner encima de la mesa que si no son seguras en Japón, difícilmente van a ser seguras en otro sitio y eso va a pesar mucho sobre la opinión pública y también desde el punto de vista económico. No olvidemos que esos cuatro reactores están ya inutilizados y hacer cuatro nuevos valen 20.000 millones de euros. El mundo financiero verá aquí un riesgo muy alto.
Se atreve usted a vaticinar malos tiempos para la energía nuclear, ¿se atreve a visionar qué puede ocurrir con el elevado riesgo actual de las centrales japonesas dañadas?
Pues todo apunta a que la secuencia de acontecimientos es la peor que podía ocurrir, que a alguno de estos reactores se le funda el núcleo y tengamos un escape radiactivo muy importante hacia la atmósfera o hacia el suelo. No habrá sido lo mismo que en Chernobil, pero sí en sus consecuencias. Si esa radiactividad se escapa toda al medio ambiente, las consecuencias serán las mismas.
En Europa podemos estar inquietos ante esos acontecimientos, pero también hay que ponerse en clave de la angustia del pueblo japonés e, incluso, asiático...
Japón es un país densamente poblado y no es lo mismo que esto ocurra en la estepa ucraniana que aquí. No olvidemos que hay una capital Tokyo, a 250 kilómetros del desastre, con 20 millones de personas. ¿Cómo evacúas tú una ciudad de 20 millones de personas? A Europa una hipotética nube radiactiva nos puede llevar en unas condiciones muy atenuadas, pero pensemos en Japón, en China, en Corea, donde los efectos podrían ser tremendos.
Marcel Coderch: ’La tragedia del Japón es el final de la energía nuclear en el mundo’
Dice que no quiere ser alarmista y que considera poco probable un desastre como el de Txernobil, pero explica que refrigerar reactores nucleares con agua salada no es tarea fácil y que, si la operación no consigue, el material radiactivo acabará saliendo al exterior, con un resultado devastador. Propugna un futuro sin nucleares y un debate energético mundial. Y remacha: ’los reactores son tan caros y los peligros se han demostrado tan grandes que ahora nadie se atreverá a invertir en grandes estructuras nucleares, ni bancos ni empresas.’
El principal peligro ahora a Fukushima es que haya una fusión del núcleo. ¿En qué consiste?
Una fusión total del núcleo quiere decir que todo el combustible nuclear se funde, pasa de sólido a líquido y hace un magma de dos mil grados. Esto ocurre cuando se deja de refrigerar un reactor, aunque esté parado, porque sigue desprendiendo calor y la temperatura va aumentando. Este magma puede acabar fundiéndose el envase de acero inoxidable que contiene el núcleo y también puede quemar la coraza de hormigón, que es la última protección en este momento. Y entonces sale al exterior todo el material radiactivo. Esta sería la peor posibilidad.
¿La coraza de hormigón no podría contener el magma?
No. Esta coraza puede contener la radiactividad que desprenda el reactor y los gases; sirve para ello. Pero, si se funde el núcleo, el magma quemará el hormigón. Y en caso de que una parte del hormigón resistiera, aunque habría otro peligro importante: que el magma y todo el material radiactivo llegaran a aguas subterráneas de bajo la central. Entonces sería incontrolable.
¿Esto podría pasar?
Sí, podría pasar, si no consiguen refrigerar constantemente los reactores afectados durante varias semanas. A Fukushima ha pasado que se han ido al traste todos los sistemas de refrigeración para la central se quedó sin electricidad.
Pero las autoridades dicen que cada día que pasa hace más difícil un desastre nuclear...
Bueno..., sí, pero puede pasar en cualquier momento, aunque sea dentro de unos días, si no logran mantener una refrigeración constante del reactor. Es cierto que cada día que pasa es más improbable, pero podría pasar, si la refrigeración fallara.
Refrigeran los reactores con agua de mar. ¿Es una buena manera?
No tienen otra opción. Y usar agua de mar significa renunciar a los reactores refrigerados, porque con la sal se dañan para siempre. Esta agua, cuando llega al núcleo, hierve y se rompe la molécula de agua. Entonces queda una burbuja de hidrógeno que puede estallar. Y para que el vaso de contención no estalle, liberan el gas hacia el segundo edificio de contención, que es el de hormigón, a fin de rebajar la presión interna. Y cuando este segundo edificio tiene demasiada presión, liberan el gas en el tercer edificio de contención, que es lo que ha estallado en tres reactores. Por tanto, la radiactividad que deban evacuar a partir de ahora irá directamente fuera, sin filtro.
¿Este gas es peligroso?
Sí, es nocivo. Pero aún hay algo peor, y es que las autoridades no han dado ninguna cifra de las cantidades de gas liberado, seguramente porque también han dejado de funcionar los medidores.
¿Pero es muy nocivo?
Este gas contiene básicamente hidrógeno, pero también cese y yodo. Los japoneses ya piensan en dar pastillas de yodo a la población del entorno de la central. Esto es una medida preventiva, pero indicativa de la agresividad del gas. Quieren dar pastillas de yodo a todos para que tengan las glándulas tiroides saturadas y así el cuerpo expulse todo el yodo radiactivo que pueda respirar. La eliminación del cese es más complicada, porque entra por agua y los alimentos.
¿Cómo afecta la salud humana este gas?
Tiene una relación directa con el cáncer. Pero esto depende de la dirección que tome el gas radiactivo. De momento, tienen la suerte que el viento sopla hacia el océano y precipitará al agua cuando llueva y quedará bastante disuelto. Ahora, si tienen que refrigerar durante semanas o meses, y por tanto deben liberar gas radiactivo periódicamente, el viento seguramente cambiará y soplará hacia otras zonas, por ejemplo la de Tokio. Y, en este caso, cuando llueva, la radiactividad caerá sobre zonas habitadas. El efecto que puede tener no es inmediato, es a largo plazo. Y hay que tener presente que, por suerte, este gas tiene concentraciones radiactivas pequeñas, pero tampoco podemos ignorar que la radiactividad puede tardar décadas en desaparecer. Y eso hace aumentar los casos de cáncer, es una relación bastante estudiada.
Según dice, la situación es muy grave...
Sí. Y hay que tener en cuenta que nunca hasta ahora tres reactores vez no se habían encontrado en esta situación. En 1979 en Harrisburg (EEUU), sólo se encontró un reactor y durante días todo el mundo estar pendiente. La situación de Japón es muy grave, extraordinaria y caótica.Y también hay que decir que tampoco les cuadran las medidas que les dan los aparatos de medida de la presión y de la temperatura dentro del núcleo, lo que lo complica todo aún más, por si ya no lo era suficiente. Y es que habrán dejado de funcionar.
Puede pasar en Japón el descalabro Txernobil?
No exactamente. El caso de Txernobil es diferente, porque el reactor no tenía coraza y, además, el núcleo era de grafito. El reactor se encendió y todo el material radiactivo salió al exterior. Por tanto, es una situación muy diferente, porque son diseños diferentes. Ahora, si el núcleo de alguno de estos reactores japoneses desgraciadamente se fundiera del todo porque no se pudiera refrigerar, el magma podría reventar el hormigón y entonces el resultado, el desastre, sería el mismo.
Caramba...
Ah, y estos reactores japoneses tienen un diseño antiguo, de más cuarenta años, que hace más difícil la refrigeración: tienen la piscina del combustible consumido justo sobre el reactor. Y esta piscina también se ha de refrigerar porque si no, también se enciende. Y uno de estos reactores, el primero por ejemplo, cuyos datos le pedí ayer, tiene, solo, 1.700 toneladas de combustible consumido. Y si esto se escapa, es muy peligroso. El gobierno japonés dijo que habían logrado hacer subir el nivel del agua un par de metros dentro del núcleo, lo que indica que hacen muchos esfuerzos para refrigerar también estas piscinas. La verdad es que es muy complicado, porque hay muchas variables y deben tenerlas todas en cuenta a la hora de refrigerar eficazmente. Es bastante difícil.
El Japón es uno de los países más preparados para los terremotos...
Sí, el Japón optó por hacer centrales nucleares, sabiendo que era un territorio sísmico. Y además las construyeron en la costa más cercana a la falla. Estaban convencidos de que las podían hacer lo suficiente seguras y, de hecho, se ha demostrado que han aguantado bastante bien un terremoto muy fuerte y un tsunami. Pero, si se quedan sin electricidad, dejan de ser seguras.
¿Y las de nuestro país, son seguras?
Mire, los reactores de la de Cofrentes tienen exactamente el mismo diseño que los de la de Fukushima. Es una central idéntica y, por tanto, tiene la misma seguridad. Las de Ascó y Vandellòs tienen unos diseños un poco más modernos. Pero, a todas, les puede pasar exactamente eso que ha pasado a Fukushima, si se quedan sin electricidad. Aquí no hay tsunamis ni terremotos, pero si por el motivo que sea cayeran las torres eléctricas de alrededor y las centrales quedaran aisladas y sin fuente de suministro eléctrico, la situación sería exactamente la misma: el sistema de refrigeración dejaría de funcionar, se calentaría el núcleo y habría que hacer este mismo proceso de añadir agua y de ir liberando periódicamente gas radiactivo.
Es una energía poco segura...
Yo creo que la tragedia del Japón es el final de la energía nuclear, al menos como proyecto energético de futuro. Hacía treinta años que no había habido ningún incidente grave. Y eso quiere decir que hay toda una generación que no recuerda ninguna. Cada vez que había uno, pasaban veinte años o veinte y cinco, antes de que nadie se decidiera a construir nuevas centrales. Yo diría que esta vez el mundo ha aprendido la lección y ya ha visto claramente que no es una energía suficientemente segura.
Pero a pesar de los accidentes pasados, se han continuado construyendo centrales nucleares...
Pero en este caso hay un factor económico muy importante. Cada reactor de tres mil millones de euros a cuatro mil millones. Después de esto que ha pasado en Japón, con unos cuantos reactores inservibles para siempre, nadie osará invertir en grandes estructuras nucleares, ni bancos ni empresas. Los riesgos son muy grandes en el contexto actual, con esta inestabilidad económica y financiera mundial tan grande.
Hay expertos que dicen que con las energías renovables no tendríamos suficiente ...
Depende de que entendamos por suficientemente. Es evidente que, si continuamos consumiendo cada vez más energía, si mantenemos esta tendencia, no será suficiente. Pero moderando el gasto y haciendo una apuesta clara por las renovables, sí sería suficiente. Yo creo que este es el camino y que ahora el mundo se da cuenta. De la energía que consumimos en Cataluña, tan solo un 10% es energía nuclear. Con una política de ahorro y con energías renovables, nos saldríamos.