Aritxe y yo

Aritxe y yo

miércoles, 29 de junio de 2011

"Frente a una lógica férrea y unívoca, necesidad de dar libre curso a la interpretación. 

Frente a una política monolítica y vertical del partido, necesidad de apoyar a los movimientos sociales trasversales.

Frente a la soberbia de la vanguardia artística, recuperación de un arte popular y plural; frente a una Europa etnocéntrica, una visión mundial de las culturas".

Vattimo, El pensamiento débil
Gianni Vattimo es el filósofo del posmodernismo. Su discurso sobre el pensamiento débil como réplica a la ética tradicional del catolicismo y el marxismo despierta fobias y filias. El profesor del departamento de hermenéutica de la universidad de Turín (Italia), anuncia la publicación de un extenso tratado para despejar las dudas sobre su antimarxismo y visión lúdica de nuestra sociedad.

Vattimo, que cuestiona conceptos tradicionales sobre la verdad, el sujeto, el ser, la revolución y el poder, se apoya en Heidegger y Nietzsche para afirmar que el pensamiento- débil es una "anarquía no sangrante".

Pregunta. De la ontología débil que desarrolla en su obra, ¿puede deducirse una ética de la tolerancia ?.
Respuesta. El pensamiento débil plantea, efectivamente, una ética de la tolerancia: hacemos una interpretación de la cultura que toma como modelo la historia del ser de Heidegger con el propósito de debilitarlo, de reducirlo. Tenemos razones para defender la tolerancia y la no violencia porque la única racionalidad que podemos aceptar es la que entronca con una tradición que, desde el medievo hasta la edad moderna, ha de venido en la reducción de las estructuras fuertes, del poder, el Estado.
P. ¿Cuál sería el método de acción del pensamiento débil?
R. El pensamiento débil es a la vez una reducción de la filosofía y no veo a la filosofía como guía de una acción política. El pensamiento débil propone el abandono de la violencia, el control sobre la destrucción de la naturaleza -en cierto modo somos ecologistas- y, en definitiva, una interpretación menos neurótica de la existencia.
P. ¿Podría pensarse que el pensamiento débil elude el problema de las relaciones de dominio?
R. En Más allá del sujeto se planteaba esta cuestión. La experiencia del terrorismo italiano estaba fresca y es el libro más político que he escrito. Proponía la sustracción del sujeto a sus patrones. La política es un debilitamiento del sujeto e implica la. sustracción de éstos como súbditos del poder. El poder necesita entidades fuertes, la policía, por ejemplo. Entonces, se trata de negar estas entidades fuertes, es decir, abogar por la destrucción del poder y no apostar por una opción más fuerte.
P. ¿Sería la anarquía?
R. El pensamiento débil es una anarquía no sangrante. Es demasiado débil para organizar atentados. Se trata de propiciar áreas de libertad para los sujetos débiles, de emancipar al hombre. Hay una componente emancipadora en la desorganización de las democracias tardo-industriales. La autonomía es un intento de disolución del Estado.
P. ¿Quiere decir esto que no es posible la transformación política desde la perspectiva de nuestra racionalidad?
R. La idea de la desorganización de la sociedad se inició en mí a partir de un progresivo deterioro del principio de la realidad. La transformación política no se consigue a través de la toma del poder social, como defienden los comunistas, o por la restauración del liberalismo clásico, sino a partir de contaminaciones del propio sistema.
P. ¿No es cierto que el pensamiento débil puede desembocar en una filosofía del no compromiso?
R. Es falso eso de que el pensamiento débil es resignado, indiferente. Yo diría, en todo caso, que es ascético. Nuestra teoría intenta convencer de que no es posible continuar haciendo la guerra porque sería el final de todos nosotros. Es una forma de educar al hombre para vivir en un mundo donde la beligerancia no es posible.

domingo, 26 de junio de 2011

2012 - The Revolution Has Begun

lunes, 20 de junio de 2011

El contrato..... que firmas cada dia.



Poco importan nuestras creencias o nuestras ideas políticas, el sistema instituido reposa en el acuerdo tácito de un tipo de contrato aprobado por cada uno de nosotros que a grandes rasgos os expongo:
 
Acepto la competitividad como base de nuestro sistema, aunque soy consciente de que este funcionamiento engendra frustración y cólera a la inmensa mayoría de los perdedores.

Acepto que me humillen o me exploten a condición de que se me permita humillar o explotar a otro que ocupe un lugar inferior en la pirámide social.

 
Acepto la exclusión social de los marginados, de los inadaptados y de los débiles porque considero que la carga que puede asumir la sociedad tiene sus límites.
 
 Acepto remunerar a los bancos para que ellos inviertan mi sueldo a su conveniencia y que no me den ningún dividendo de sus gigantescas ganancias (ganancias que servirán para atracar a los países pobres, hecho que acepto implícitamente). Acepto también que me descuenten una fuerte comisión por prestarme dinero, dinero que proviene exclusivamente de los otros clientes.
 
 Acepto que congelemos o tiremos toneladas de comida para que los cursos bursátiles no se derrumben, en vez de ofrecérsela a los necesitados y de permitir a algunos centenares de miles de personas no morir de hambre cada año.
 
 Acepto que sea ilegal poner fin a tu propia vida rápidamente, en cambio tolero que se haga lentamente inhalando o ingeriendo substancias tóxicas autorizadas por los gobiernos.
 
 Acepto que se haga la guerra para así hacer reinar la paz.
 
Acepto que en nombre de la paz, el primer gasto de los Estados sea el de defensa. Entonces acepto que los conflictos sean creados artificialmente para deshacerse del stock de armas y así permitir a la economía mundial seguir avanzando.
 
 Acepto la hegemonía del petróleo en nuestra economía, aunque es una energía muy costosa y contaminante y estoy de acuerdo en impedir todo intento de sustitución si se desvelara que hemos descubierto un medio gratuito e ilimitado de producir energía. Acepto que sería nuestra perdición.
 
 Acepto que se condene el asesinato de otro humano, salvo que los gobiernos decreten que es un enemigo y me animen a matarlo.
Acepto que se divida la opinión pública creando unos partidos de derecha y izquierda que tendrán como pasatiempo la pelea entre ellos haciéndome creer que el sistema está avanzando.
Además acepto toda clase de división posible con tal que esas divisiones me permitan focalizar mi cólera hacia los enemigos designados  cuando se agiten sus retratos ante mis ojos.
 
 Acepto que el poder de fabricar la opinión pública, antes ostentado por las religiones, esté hoy en manos de hombres de negocios no elegidos democráticamente que son totalmente libres de controlar los Estados, porque estoy convencido del buen uso que harán con él.
 
  Acepto que la idea de la felicidad se reduzca a la comodidad; el amor al sexo y la libertad a la satisfacción de todos los deseos, porque es lo que me repite la publicidad cada día. Cuanto más infeliz soy más consumo. Cumpliré mi papel contribuyendo al buen funcionamiento de nuestra economía.
 
Acepto que el valor de una persona sea proporcional a su cuenta bancaria, que se aprecie su utilidad en función de su productividad y no de sus cualidades, y que sea excluído del sistema si no produce  lo suficiente.
 
 Acepto que se recompense cómodamente a los jugadores de football y a los actores y  mucho menos a los profesores y los médicos encargados de la educación y de la salud de las futuras generaciones.
 
Acepto que se destierre de la sociedad a las personas mayores cuya experiencia podría sernos útil, pues, como somos la civilización  más evolucionada del planeta (y sin duda del universo) sabemos que la experiencia ni se comparte ni se transmite.
 
 Acepto que se me presenten noticias negativas y aterradoras del mundo todos los días, para que así pueda apreciar hasta qué punto nuestra situación es normal y cuánta suerte tengo de vivir en Occidente. Sé que mantener el miedo en nuestros espíritus sólo puede ser beneficioso para nosotros.
 
Acepto que los industriales, militares y jefes de Estado celebren reuniones regularmente para, sin consultarnos, tomar decisiones que comprometen el porvenir de la vida y del planeta.
 
 Acepto consumir carne bovina tratada con hormonas sin que explícitamente se me avise. Acepto que el cultivo de OGM (Organismos Genéticamente Modificados) se propague en el mundo entero, permitiendo así a las multinacionales agroalimentarias  patentar seres vivos, almacenar ganancias considerables y tener bajo su yugo a la agricultura mundial.
 
 Acepto que los bancos internacionales presten dinero a los países que quieren armarse y combatir, y que así elijan los que harán la guerra y los que no. Soy consciente de que es mejor financiar a los dos bandos para estar seguros de ganar dinero y prolongar los conflictos el mayor tiempo posible con el fin de poder totalmente arrebatar sus recursos si no pueden reembolsar sus préstamos.
 
 Acepto que las multinacionales se abstengan de aplicar los progresos sociales de Occidente en los países desfavorecidos. Considerando que ya es una suerte para ellos que los hagan trabajar. Prefiero que se utilicen las leyes vigentes en estos países que permiten hacer trabajar a niños en condiciones inhumanas y precarias. En nombre de los derechos humanos y del ciudadano, no tenemos derecho ejercer injerencia.
 
 Acepto que los laboratorios farmacéuticos y los industriales agroalimentarios vendan en los países desfavorecidos productos caducados o utilicen substancias cancerígenas prohibidas en Occidente.
 
 Acepto que el resto del planeta, es decir cuatro mil millones de individuos, pueda pensar de otro modo a condición de que no venga a expresar sus creencias en nuestra casa, y todavía menos a intentar explicar nuestra Historia con sus nociones filosóficas primitivas.
 
 Acepto la idea de que existen sólo dos posibilidades en la naturaleza, a saber: cazar o ser cazado, y si estamos dotados de una conciencia y de un lenguaje, ciertamente no es para escapar de esa dualidad, sino para justificar por qué actuamos de ese modo.
 
 Acepto considerar nuestro pasado como una como una continuación ininterrumpida de conflictos, de conspiraciones políticas y de voluntades hegemónicas, pero sé que hoy todo esto ya no existe porque estamos en el summum de nuestra evolución, y porque las reglas que rigen nuestro mundo son la búsqueda de la felicidad y de la libertad para todos los pueblos, como lo oímos sin cesar en nuestros discursos políticos.
 
 Acepto sin discutir y considero como verdades todas las teorías propuestas para la explicación de los misterios de nuestros orígenes. Y acepto que la naturaleza haya podido dedicar millones de años para crear a un ser humano cuyo único pasatiempo es la destrucción de su propia especie en unos instantes.
 
  Acepto la búsqueda del beneficio como fin supremo de la Humanidad y la acumulación de riqueza como realización de la vida humana.
 
 Acepto la destrucción de los bosques, la casi desaparición de los peces en los ríos y en nuestros océanos. Acepto el aumento de la polución industrial y la dispersión de venenos químicos y de elementos radiactivos en la naturaleza.
 
Acepto la utilización de toda clase de aditivos químicos en mi alimentación, porque estoy convencido de que si se añaden es porque son útiles e inócuos.
 
  Acepto la guerra económica que actúa con rigor sobre el planeta, aunque siento que nos lleva hacia una catástrofe sin precedentes.
 
Acepto esta situación, y supongo que no puedo hacer nada para cambiarla o mejorarla.
 
  Acepto ser tratado como ganado porque definitivamente pienso que no valgo más.

 
  ACEPTO NO PLANTEAR NINGUNA CUESTIÓN, CERRAR LOS OJOS SOBRE TODO ESTO Y NO FORMULAR NINGUNA OPOSICIÓN VERDADERA, PORQUE ESTOY DEMASIADO OCUPADO POR MI VIDA Y MIS PREOCUPACIONES.
INCLUSO ACEPTO DEFENDER A MUERTE ESTE CONTRATO SI USTED ME LO PIDE.
 
 ACEPTO PUES, EN MI ALMA Y CONCIENCIA Y DEFINITIVAMENTE ESTA MATRIZ TRISTE QUE USTED COLOCA DELANTE DE MIS OJOS PARA ABSTENERME DE VER LA REALIDAD DE LAS COSAS.
 
 Sé que todos ustedes actúan por mi bien y el de todos, y por eso les doy las gracias.

 
 “Acepto” es un texto -publicado en 2003 para conmemorar el triste aniversario de los acontecimientos del 11 de septiembre- “altamente simbólico para la humanidad“. Este texto, que fue leído, entre otros, en la radio francesa NSEO.com , nos recuerda severamente el contrato social que aceptamos con prórroga. Un acuerdo tácito  que firmamos cada mañana al despertar y simplemente no hacer nada . Algo más que una crítica social, en este breve texto se destacan los hechos resultantes de nuestra innegable predilección por la comodidad, la indiferencia y la marginación.

 
Nuestra inacción es sinónimo de la aceptación de estos términos del contrato que vienen en “letra pequeña”.

miércoles, 15 de junio de 2011

lunes, 13 de junio de 2011

La dictadura terrorista y totalitaria





VICENÇ NAVARRO
A la vuelta de un largo exilio, uno de los hechos que más me sorprendieron de la vida política española fue la percepción –ampliamente aceptada por el establishment político, y promovida por los medios de mayor difusión– de que la Transición de la dictadura a la democracia había sido modélica, creando una democracia que era homologable a las existentes en la Europa occidental. La realidad, sin embargo, mostraba con toda su crudeza una democracia muy incompleta y un bienestar muy insuficiente, realidad que continúa hoy, 33 años después.
España continúa teniendo el gasto público social (que financia al Estado del bienestar) per cápita más bajo de la UE-15. Y políticamente acabamos de ver cómo las fuerzas conservadoras han intentado prohibir la participación en el proceso democrático de un partido político, Bildu, debido a su origen, enraizado en una fuerza terrorista, ETA, y ello a pesar de que tal partido se ha distanciado de la violencia y ha aceptado las reglas del proceso democrático. Pero esto parece no ser suficiente para el Partido Popular, que desea que este partido condene tal pasado terrorista, intentando llevar a la cárcel a todos aquellos que todavía hoy defienden a ETA.
Este comportamiento sancionador del terrorismo contrasta, sin embargo, con el comportamiento del propio Partido Popular, que nunca ha condenado explícitamente y por su nombre a la mayor fuerza terrorista que existió en España durante el siglo XX, responsable del mayor número de asesinatos políticos que haya ocurrido en la historia del país. Ningún otro régimen ha asesinado a tantos españoles como la dictadura iniciada por un golpe militar, liderado por el general Franco, en contra de un sistema democrático, la II República. Fue un régimen basado en el terror, con asesinatos políticos (por cada asesinato político que cometió Mussolini, Franco cometió 10.000), torturas (sistemáticamente realizadas en sus cárceles), campos de concentración y exilio. Aquel golpe fue realizado por los que falsamente se autodefinieron como los nacionales (la mayoría de sus tropas de ataque eran mercenarios y extranjeros, y su victoria se debió única y exclusivamente al apoyo extranjero de Hitler y Mussolini) que estaban en una “cruzada” (cuyas tropas de choque, paradójicamente, eran musulmanas) y que supuestamente defendían a la patria (imprimiendo un enorme retraso económico, político, cultural y social al país). En realidad, era una minoría en contra de la mayoría de las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España, lo cual requería el terror para su propia supervivencia. El terror fue sustancial en la existencia de aquel régimen hasta su último día.
Sin pretender establecer categorías, el número de víctimas de aquel terror (asesinatos políticos) fue de casi 200.000, una cifra mucho mayor que la realizada por ETA (839). Las víctimas de aquel régimen terrorista continúan ignoradas durante el periodo democrático, sin que el Estado las haya homenajeado como se merecen. El contraste entre el comportamiento del Estado hacia las víctimas de ETA y las víctimas de la dictadura es vergonzoso e ilustra no sólo la diferente vara de medir el terrorismo, sino la baja calidad del estado democrático, cuyo Tribunal Supremo, por cierto, está enjuiciando al único juez que ha intentado en España que el Estado se responsabilizara de encontrar a los desaparecidos en aquella dictadura y de enjuiciar a los responsables de tanto dolor y terror.
La entrada dedicada a Franco del Diccionario Biográfico Español –publicado por la Real Academia de la Historia, e iniciado y financiado por el Gobierno del PP dirigido por José María Aznar– es una alabanza y una apología del responsable del mayor terror que haya existido en España. A pesar de ello, un dirigente del PP alabó la biografía de tal terrorista, presentándola como obra ejemplar. Utilizando el mismo criterio que tal partido aplica a ETA, el autor de tal biografía debiera estar en la cárcel y la Real Academia de la Historia tendría que haberse cerrado. Y, al propio portavoz del PP que hizo tal alabanza, se le hubiera tenido que llevar a los tribunales.
El hecho de que todo esto no ocurra muestra el enorme poder de las fuerzas conservadoras que hegemonizaron el proceso de la Transición y el periodo democrático. ¿Cómo, si no, puede explicarse que incluso hoy, en los libros de texto de la asignatura obligatoria de cultura cívica se sostengan posturas dignas de la ultraderecha del Tea Party de EEUU, tales como definir al feto como ser humano, considerar el aborto voluntario como un asesinato, o definir al darwinismo como una doctrina sospechosa? ¿Y, cómo, si no, pueden explicarse la visión tan sesgada y negativa que se da de la II República y el silencio sobre el terror del régimen que la derrocó que están presentes en los libros de texto de las escuelas públicas?
Pero la represión de aquel régimen fue también psicológica e ideológica, precisamente debido al carácter totalitario del mismo. La ideología que imponía era el nacionalcatolicismo, mezcla de un nacionalismo españolista extremo e imperialista, con características racistas (el día nacional se llamaba el Día de la Raza, y la película que realizó el dictador se llamó Raza) y de un catolicismo reaccionario en extremo que, junto con su caudillismo, un machismo muy acentuado y una hostilidad al mundo obrero y sindical, constituyó una ideología totalizante, pues quería cambiar “al hombre”, penetrando en las áreas más íntimas de las personas, desde el sexo hasta la lengua, todo ello normatizado. Tal régimen tuvo pleno control de los medios y de las instituciones. Considerar aquel régimen como meramente autoritario es ignorar la asfixia intelectual, política, económica y cultural que la mayoría de las clases populares sufrieron para mantener la “placidez” de aquellos que se beneficiaron de tal terror.

Vicenç Navarro es catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra
Ilustración de Mikel Jaso

domingo, 12 de junio de 2011

jueves, 9 de junio de 2011

¿Qué se firma y cuándo se ratifica el Pacto del Euro?

El Pacto del euro: Nuevo atentado a la democracia UNA VEZ MÁS

UNA VEZ MÁS, los gobernantes europeos hacen suya una política engañosa para el ciudadano para beneficiar a las grandes corporaciones financieras y no defender a la ciudadanía.

El próximo 27 de junio, todos los gobiernos europeos, entre ellos España, firman en Bruselas el gran atraco socioeconómico de alcance internacional: el llamado Pacto del Euro, por el cual los políticos de la Unión Europea se ponen de acuerdo para legislar a las órdenes del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Central Europeo (BCE) y el Banco Mundial (BM).

En caso de no cumplir estas órdenes, las agencias de calificación que han llevado a Grecia, Irlanda o Portugal a la ruina (Moody´s, Standard & Poor´s o Fitch) comenzarán de nuevo sus ataques.

¿Qué se firma y cuándo se ratifica el Pacto del Euro?

-Los salarios del sector público deberán estar en consonancia con la competitividad del sector privado, ES DECIR: nuevos recortes al sector público que debe ofrecer los mismos beneficios que los salarios irrisorios del sector privado y el aumento de las jornadas laborales. Incluida la disminución notable de los empleados públicos.

-Para ello, todos los países deberán ajustar sus leyes a lo que dicten los bancos, ES DECIR: una vez más los países no legislarán a favor de la protección y de los intereses del ciudadano y sí lo harán a favor de las grandes corporaciones bancarias y los mercados.

-Se retrasarán las edades de jubilación en todos los países acorde con la esperanza de vida.

-Fomento de la competitividad: vincular los salarios con la productividad, tal y como se ha empezado a hacer ya en España con la última reforma laboral que aboga por flexibilizar los despidos, convenios y contratos. De esta forma se pone en peligro el actual sistema de negociación colectiva.

-Impulsar el despido barato y las Empresas de Trabajo Temporal (ETT). Los bancos rebajarán la fiscalidad para incentivar la contratación de los trabajadores. De esta manera se irá demoliendo el sistema de la Seguridad Social y se irá introduciendo la figura del “becario y del precario perpetuo”.

- Congelación de todas las pensiones.

-Reducción de ayudas sociales.

-Reducción de los sistemas de protección social, empeorando la Seguridad Social.

-Reducción del gasto en educación pública de forma que, empeorándola, se promueva y se favorezca su privatización.

-Aumento de impuestos directos e indirectos a la ciudadanía y a la PYME y penalización en caso de no cumplir con el pago de estos impuestos a través de multas, intereses, comisiones, etc. 

 -Cambios en nuestra constitución y en la de los países firmantes con el fin de “ajustar la economía según los parámetros del FMI, BCE y Banco Mundial”, con la consiguiente pérdida de la soberanía de los pueblos.

UNA VEZ MÁS, los gobiernos no utilizan el poder político para legislar y frenar a los provocadores de la crisis como la banca internacional y los grandes fondos especulativos, por ejemplo, interviniendo a las corporaciones financieras, sino que además con la firma del Pacto del Euro  reforzarán a las grandes corporaciones financieras y adoptarán políticas que interesan a la banca y a las grandes empresas europeas. Como no teníamos bastante, todos los gobiernos independientemente de su color político, firman para comprometerse con las grandes corporaciones financieras y sacrificar, así, a los ciudadanos permitiendo UNA VEZ MÁS que los financieros sigan estafando al mundo utilizando productos financieros tan sofisticados como arriesgados y fraudulentos, permitiendo la usura bancaria.

Bajo el engaño de hacer frente a la deuda que atenaza a Europa es preciso aumentar la competitividad de las economías nacionales y que eso solo se puede conseguir reduciendo el coste del trabajo... UNA VEZ MÁS

Sigue sin hablarse de intervenir a los paraísos fiscales donde descansan las grandes fortunas y hacer leyes contra la evasión fiscal. Sigue sin hablarse de poner impuestos a las transacciones financieras, regular las agencias de calificación, etc. Sigue sin hablarse de medidas contra el paro y a favor del bienestar social.

Sigue sin plantearse una auditoría pública e independiente sobre la deuda a efectos de que la ciudadanía pueda saber qué es realmente la deuda pública y cuál es la que realmente corresponde a los bancos y a los fondos de inversión privados que según los datos que tenemos es la mayoría de la DEUDA.

UNA VEZ MÁS, nos sirven en bandeja el empobrecimiento de la sociedad en beneficio de ampliar las grandes fortunas y acentuar la brecha social.

De esa forma, se ampliará así, UNA VEZ MÁS, el récord histórico del beneficio de las grandes corporaciones financieras, se aumentará el récord histórico de los salarios de los consejeros delegados y ejecutivos y con ello alcanzaremos récords históricos de pobreza y paro.

La dificultad de acceder a esta información se debe a la falta de transparencia de las políticas y al temor a que toda Europa tome la calle.

HAY RAZONES, UNA VEZ MÁS, TOMA LA CALLE 19 de junio en todas las ciudades de España y en los países de la Unión Europea.


viernes, 3 de junio de 2011

Marilyn Ferguson - La Conspiración de Acuario

Marilyn Ferguson - La Conspiración de Acuario: "- Enviado mediante la barra Google"

Hay siete clases de Españoles......

La verdad es que en España hay siete clases de españoles... sí, como los siete pecados capitales.
A saber:

1) los que no saben;

2) los que no quieren saber;

3) los que odian el saber;

4) los que sufren por no saber;

5) los que aparentan que saben;

6) los que triunfan sin saber, y

7) los que viven gracias a que los demás no saben. Estos últimos se llaman a sí mismos "políticos" y a veces hasta "intelectuales".


Al parecer, la afirmación es de Pío Baroja. Y la realizó ante un granado auditorio en la tertulia del Café de Levante, en 1904, un 13 de mayo.
"desde los últimos años del siglo XIX hasta la guerra europea, este fue el centro de reunión de tertulias más importante de Madrid, al que no dejaban de acudir tanto consagrados como jóvenes promesas y escritores caídos en el olvido. Todos acudían allí para dar a conocer sus obras y pensamientos. En palabras de Valle-Inclán, «el Café de Levante ha ejercido más influencia en la literatura y en el arte contemporáneo que dos o tres universidades y academias»".

Como de costumbre, la anécdota puede ser apócrifa. Incluso se menciona a Pérez Galdós y a Unamuno como parte del entusiasta auditorio.

Pero es real como la vida misma, y vigente hasta el dolor.


Pero no se pierdan algunas otras frases memorables del polígrafo donostiarra:
• "No ha salido en España un hombre que valga la pena. ¡Qué vulgaridad, qué pobreza! El territorio nacional se divide en dos campos enemigos irreconciliables, sin que sirvan para aplacarlos y llevarlos a un ambiente de tolerancia las voces de algunas personas sensatas"

• "Solo los tontos tienen muchas amistades. El mayor número de amigos marca el grado máximo en el dinamómetro de la estupidez".

• "La revolución es buena para los histriones. Sirven todos los gritos, todas las necedades tienen valor, todos los pedantes alcanzan un pedestal".

• "Hay que reírse cuando dicen que la ciencia fracasa. Tontería: Lo que fracasa es la mentira; la ciencia marcha adelante".


Como ven, en estos tiempos de redes sociales, protestas y políticos, sus pensamientos tampoco pasarían desapercibidos.